El grabado de placas en Retiro, Madrid, concretamente, el grabado en meta, llegó a nuestro país en el siglo XVI desde otros países de Europa. Aunque la raíz del vocablo es un término alemán hoy en desuso, cavare, que significa cavar, los historiadores piensan que los primeros grabadores vivieron en Italia, de donde pasaron a Alemania y Francia antes de llegar a España y Reino Unido.

El primer grabador del que se tiene constancia es un joyero de Florencia llamado Tomasso Finiguerra, nacido en 1426. Este joyero llenó de tinta un anillo y le pasó un papel por encima para que sus aprendices pudieran ver el dibujo que había tallado en el metal. De esta necesidad práctica, pronto se dio cuenta que se trata de algo que podía ir más allá y ser útil por si mismo.

El grabado de placas en Retiro, Madrid sin embargo, no tendría un gran desarrollo hasta el siglo XVIII y posteriormente XIX. Si hay una persona que elevó esta técnica a la categoría de arte no fue otro que el famoso pintor Francisco de Goya, que utilizó la misma para realizar series que aún hoy son expuestas en todo el mundo por su belleza y capacidad de denuncia. Desde la época de Goya, el grabado en metal no ha hecho más que perfeccionarse hasta encontrar los que podemos realizar hoy en día, todo un ejemplo de una técnica depurada hasta el máximo nivel.

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